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Publicado no Fórum do Meu Timão em 02/03/2016 às 00:16
Por Fábio Lucas Carvalho (@fabioflcc)

De 1964 a 1985 Brasil vivió en una dictadura militar. Fueron dos décadas en las que la población no tenía la libertad de elegir a sus gobernantes, no tenía el derecho de votar. Mientras tanto, el Corinthians vivía una época difícil en 1981 y se encontraba a punto de descender.

Nómina de Corinthians en 1982.

Con la llegada del sociólogo Adilson Monteiro y el liderazgo de Sócrates (capitán del equipo y de la selección brasilera), el conjunto de São Paulo cambió su directriz de gobierno. “La mayor experiencia de autogobierno colectivo que conoció el fútbol mundial” (1), así lo describe el periodista argentino, Daniel Gatti. Las decisiones ya no solo pasaban por la junta directiva, sino también por los jugadores, el cuerpo técnico y los demás empleados del club. Todo lo que afectara al club era debatido, discutido y finalmente se votaba para tomar una decisión.

En una gira en Japón se produjo una de las primeras votaciones: Casagrande, delantero del ‘timao’, había establecido una relación amorosa días antes del viaje y se queria devolver a Brasil. Sócrates, líder del vestuario, estaba a favor que se devolviera porque “estaba viviendo una experiencia única y no la podía desaprovechar” (2), por su parte, Wladimir, quien jugaba de defensor, opinó que Casagrande se tenía que quedar porque “al igual que él y sus compañeros, había dejado a seres queridos en Brasil y que tenía que asumir el rol de un profesional” (3). Finalmente el resultado de la votación dejó a Casagrande en Japón y una demostración de autogobierno dentro del plantel.

Además de su exquisitez técnica, Sócrates se caracterizó por ser un futbolista que trasladó sus ideales a la cancha y de la cancha a la tribuna. No hay un mejor símbolo que el puño alzado al momento que marcaba un gol. Vários periodistas, amigos y familiares reconocían el carisma que el ‘Doctor’ tenía frente a la afición y de cómo esto se fue trasladando a las calles.

Sócrates elevando su puño, forma en la que celebraba los goles.

La gestión de autogobierno como la califica Gatti, comenzó a dar resultados en el plano deportivo. Corinthians se salvó del descenso y ganó el campeonato Paulista dos veces consecutivas (1982 y 1983), que en ese entonces era más importante que el Brasileirao. El triunfo era el mejor argumento para defender a la Democracia Corinthiana que comenzó a incidir en el plano social y político del país.

“Cuando en el país nadie podía votar, un conjunto de jugadores de fútbol conquistaba el derecho de decidir sobre su propio rumbo” (4), dijo el politólogo brasilero Emir Sader. Esta afirmación describe el panorama social y político en el que se encontraba el Corinthians que, a medida de los meses, comenzó a participar en protestas sociales y campañas que pedían unas elecciones directas para elegir a los gobernantes de Brasil.

El ‘timao’ empezó a enviar mensajes en contra de la dictadura; en su camiseta se impregnaba “¡Día 15 vote!” o “Democracia Corinthiana” acompañada de salpicaduras de sangre evocando las raíces del club. Pero el hecho que más se recuerda fue cuando el equipo saltó al terreno de juego con una pancarta que llevaba la consigna “ganar o perder, pero siempre en democracia”.

“Ganar o perder, pero siempre en democracia”

El fútbol se convirtió en un escenario predilecto para lanzar pugnas políticas y así era como lo sentía Sócrates. “Yo siempre supe que estábamos haciendo política. El fútbol, creo, es el único medio que puede acelerar el proceso de transformación de nuestra sociedad porque es nuestra mayor identidad cultural. Aquí todos entienden de fútbol y nadie de política” (5). Así como tuvo críticas por parte de un sector de la prensa de São Paulo y empresarial del país, también contó con el apoyo de intelectuales, pintores, cantantes y sindicalistas, entre ellos Luis Inácio Lula da Silva. Esto contribuyó a que comenzaran a marcarlos como los “comunistas barbudos” por parte de sus críticos.

“Si la enmienda continúa, no abandonaré el país”, fue la frase que Sócrates utilizó ante dos millones de personas en la plaza pública, como si se tratara de un líder político que hace promesas ante sus seguidores. Durante la temporada 1984/1985, ‘Magrao’, como lo llamaban sus amigos, jugó en Florencia, Italia, para la Fiorentina. Allí no se sintió cómodo ni con el fútbol que le tocaba practicar ni en su día a día, puesto que las costumbres eran muy diferentes a las de Brasil.

Precisamente en 1985 la dictadura se acabó en Brasil y Sócrates no estaba en el país para presenciar un hecho social del que él hizo parte. Como afirmaba en más de una entrevista el sociólogo Monteiro, la Democracia Corinthiana fue el portavoz del deporte brasileño ante la dictadura. “Conseguimos probarle al público que la opresión no es imbatible, que una comunidad solo puede salir adelante si respeta la voluntad de la mayoría de sus integrantes, que la igualdad es posible. Trascendía en mucho al fútbol y creo que algún sedimento dejó” (6), afirmó Sócrates años después cuando el movimiento se había acabado al mismo tiempo que la dictadura.

Sócrates acompañaba a distintas manifestaciones sociales y hasta alcanzó a decir: “si la enmienda continúa, no abandonaré el país”

Y es que verdaderamente este movimiento no solo trascendió en la história del fútbol brasilero y mundial, sino también a nível político y social. Como bien dice el escritor brasilero Xico Sá: “Hoy muchos brasileros saben lo que es democracia gracias al Corinthians, esa fue la contribución de Sócrates” (7). En definitiva, ponerse una camiseta del ‘timao’ en la década de los ochentas significaba, además de apoyar al equipo, identificarse con una ideología y luchar por la libertad, por un cambio en el país.

Sócrates lo soñó y murió el mismo día en el que el Corinthians salió campeón en Brasil. Ese cuatro de diciembre de 2011, los jugadores del ‘timao’ se fueron al centro del campo y levantaron el puño al igual que los hinchas que se encontraban en el Pacaembú para demostrar su admiración al legado que dejó ‘Magrao’ con la Democracia Corinthiana. Fue un día triste muy feliz, como afirmó en más de una ocasión el ‘Doctor’.

Twitter: @siperohoyno

Fonte: http://blogs.golcaracol.com/letras-futboleras/2016/03/02/12/

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Renato 34.924 posts

@rmagalhaes em 02/03/2016 às 00:42

Os Colombianos estudando a história do SCCP fora de campo...isto e raro..como e!